Que una boda siempre es un día especial, de todos es sabido. Pero cuando es una boda en plena pandemia de coronavirus, creedme que lo es aún más. La boda de Álvaro y Bárbara fue una de aquellas bodas que, pospuestas en 2020, se celebró en 2021. Y creedme cuando os digo que esto fue algo grande, ¡muy grande!.

Un día que se quedó grabado a fuego en mi cabeza por la manera de celebrar, de disfrutar. Por la ganas que, además de sus protagonistas, cada invitado/a tenía de gritar, reír, llorar, abrazar y/o bailar. Si algo bueno trajo esta pandemia, sin duda fue apreciar la posibilidad de celebrar y rodearte de las personas que quieres.

Boda en la Finca Santa Rosalía

Situada en Vizmalo (Burgos), la Finca Santa Rosalía es un lugar verdaderamente especial si lo que buscas es un entorno natural para celebrar tu boda. Rodeada de viñedos, pinos y encinas centenarias, Álvaro y Bárbara celebraron su boda al aire libre (podéis ver otros ejemplos de bodas al aire libre en Burgos aquí), accediendo tan sólo al interior para comer.

He de reconocer que la ceremonia fue verdaderamente especial, pues en todo momento fueron sus amigos quienes ejercieron como maestr@s de la misma y como amantes del rock, la música no dejó de estar presente en ningún momento.

Temas tras temazo, se dieron el sí quiero y por mi parte reconozco que incluso en algún momento llegué a emocionarme un poquito. Y es que, cuando digo que vivo las bodas desde dentro, no exagero.

Esta boda en Finca Santa Rosalía devolvió a muchas de las personas presentes las ganas de celebrar y de volver a vivir, y a mí, de pensar en lo afortunada que era por estar inmortalizando todo aquello.

Clara Brea Design

Ya vais a ver, pero seguro que opináis lo mismo que yo, a Bárbara le sentaba fenomenal su vestido de novia de Clara Brea. Sin duda, llevaba un look de novia ideal.

Además, la decoración floral que hicieron Cultura de Flor en toda la finca y el trabajo de mis queridas Lady Frambuesa, ponía el broche de oro a un día realmente bonito.

Y ya, para rematar esta preciosa historia de amor, unos meses después de su boda me comunican que van a ser papá y mamá. ¡Ahora entiendo por qué hubo tanta magia aquel 31 de julio!

A día de hoy, puedo seguir agradecida porque me eligieran como su fotógrafo de bodas en la Finca Santa Rosalía.

Gracias infinitas, pareja, ¡sois puro Rock & Roll!

Y para terminar aquí os dejo su feedback, y lo que ellos sintieron conmigo trabajando como fotógrafo de bodas en Burgos:

«La naturalidad, profesionalidad y alegría de María te hace sentir que en lugar de una fotógrafa es una invitada más. La elegiríamos una y mil veces por su forma de captar momentos especiales y bonitos en un día tan único como es nuestra boda.

Queríamos algo diferente y original, y desde luego que con ella lo encontramos. En conclusión, ¡brutal!».

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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